LOS HUESOS PERFECTOS PARA TU CALDO

En el mundo del caldo de huesos, la calidad de los ingredientes lo es todo. Puedes seguir la receta al pie de la letra, cocinarlo por horas y añadir las mejores especias, pero si no empiezas con los huesos correctos, el resultado nunca será una verdadera medicina ancestral. 

Después de años de preparar caldos y enseñar a cientos de personas, he descubierto que este es el paso más subestimado —y el que más afecta el poder nutricional de tu caldo.

Hoy, quiero compartir contigo cómo elegir los huesos perfectos, para que cada gota de tu caldo esté llena de colágeno, minerales y muchos nutrientes. 

Huesos para tu caldo

¿Por qué los huesos marcan la diferencia?

El caldo de huesos no es un simple caldo: es un extracto concentrado de nutrientes que provienen directamente del tejido óseo y conectivo. Los huesos actúan como una esponja que, al cocinarse lentamente, libera: 

- Colágeno y gelatina → para la piel, articulaciones y digestión. 

- Minerales como calcio, magnesio y fósforo → esenciales para huesos y sistema nervioso. 

- Grasas saludables y médula → energía duradera y soporte hormonal. 

Pero no todos los huesos son iguales. Los de animales criados en pastoreo, con una alimentación natural y sin estrés, contienen hasta 3 veces más nutrientesque los de granjas industriales. 

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Los tipos de huesos que te sugiero usar para hacer tu caldo y los que deberías evitar

✅ Los Huesos ideales

1. Huesos con médula (fémur o huesos largos): 

   - La médula es rica en ácidos grasos omega-3 y vitaminas liposolubles (A, D, E, K2). 

   - Cómo identificarlos: Deben tener un centro amarillo o rojizo (no blanco o seco). 

2. Articulaciones y patas (rodillas, patas de res o pata de pollo): 

   - Ricos en glucosamina y condroitina, ideales para reparar articulaciones. 

   - Señal de calidad: Deben tener cartílago blanco y flexible (no grisáceo o con mal olor). 

3. Huesos con tejido conectivo (costillas, colas): 

   - Aportan gelatina natural, que da cuerpo al caldo y cura el intestino. 

🚫 Huesos que dañan tu caldo

- De animales encerrados: Menos nutrientes y posible carga de antibióticos. 

- Pre-cocidos o blanqueados: Ya han perdido sus propiedades. 

- Huesos limpios (sin cartílago o grasa): No producirán un caldo gelatinoso. 

¿Dónde consigues los mejores huesos para tu caldo?

- Carnicerías de confianza: Pide huesos de res o pollo de pastoreo. Siempre escuché que hay que hacerse amigo del carnicero y es muy cierto.

- Mercados locales: Muchos pequeños productores venden directamente y son confiables y buenos. 

- Ganaderías

Mi secreto: Remoja los huesos de tu caldo en vinagre

Antes de cocinar, remoja los huesos en agua con vinagre de manzana (1 cucharada por kilo) durante 30-60 minutos. Esto ayuda a: 

- Extraer más minerales (calcio, magnesio). 

- Ablandar el tejido conectivo para una mejor liberación de colágeno. 

¿No tienes tiempo para preparar tu caldo?

Entiendo que la vida moderna no siempre permite cocinar por 24 horas. Por eso, en Costumbres Ancestrales, preparamos caldos 100% naturales y artesanales, con huesos de la mejor calidad y listos para consumir. 

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¿Quieres aprender a hacer tu caldo? 

Si te apasiona el mundo del caldo de huesos tanto como a mí y quieres profundizar en el arte del caldo de huesos, mi ebook "Caldo de Huesos Casero al estilo Costumbres Ancestrales" te enseña: 

- Las proporciones exactas de huesos y agua. 

- Cómo usar hierbas y especias para potenciar sus beneficios. 

- Guía para uso diario. 

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Elegir los huesos correctos es el primer paso para un caldo que realmente nutra. No se trata solo de sabor, sino de salud —la que nuestras abuelas conocían y que hoy la ciencia confirma. 

Cuéntame en los comentarios: ¿Qué huesos sueles usar? ¿Has notado la diferencia al cambiar de calidad? 

Gracias por leer hasta aquí. Un abrazo,

Diana

Creadora Costumbres Ancestrales